Las normativas sanitarias y de calidad exigen que las instalaciones donde se almacenan y manipulan productos para el consumo humano o animal, o bien en centros de atención médica, se cumplan determinados requisitos que permitan la prevención de contaminaciones biológicas, siendo además fácilmente esterilizables con cualquier sistema agresivo sin que ello menoscabe las características originales del revestimiento.

Las paredes deben estar recubiertas de material impermeable, no absorbente y resistente al impacto y a la esterilización. Las superficies deben ser lisas y de color claro.

Las uniones y juntas que se forman entre paredes entre sí y de éstas con el suelo y el techo deben ser cóncavas, no presentando ángulos ni aristas vivas.

Los techos deben impedir la acumulación de suciedad y la condensación de vapores.

Los pavimentos deben ser continuos, impermeables, no absorbentes, antideslizantes y resistentes a agresiones mecánicas y químicas.

El interior de tanques y silos debe estar protegido con revestimientos libres de poros y de toxicidad. Esta ausencia de toxicidad para estar en contacto con alimentos debe acreditarse mediante la correspondiente certificación extendida por un organismo autorizado.